Entrada a Cueva Siete Palacios. Almuñécar. |
El
mundo de los mitos y leyendas se alimenta de lo insólito e inexplicable para el
sentido común. Algunas veces la ciencia se encarga de demostrar con su método
empírico el fenómeno en sí, pero en otras ocasiones las explicaciones
quedan colgadas de alfileres y el hecho queda registrado para los anales de lo oculto.
Cuando
mi amigo Federico Molina el arqueólogo municipal de Almuñécar, descubrió la Cueva
de Siete Palacios nunca hubiera podido imaginar que su proyecto de establecer allí el
Museo Arqueológico de la villa iba a tener tanto éxito, pues el lugar en sí
es ya un legado histórico en cuanto a su estructura. La
distribución arquitectónica de Cueva de Siete Palacios está compuesta de una
serie de bóvedas o cuevas construidas
en piedra que unidas unas a otras constituyen un corredor anclando los cimientos que
allanaron el monte donde se ubicaba la ciudad de Sexis quedando así un buen
sótano debajo de toda la ciudad.
Interior del Museo. |
Los
objetos que agrupan este misterioso y bello
lugar son piezas halladas en las
necrópolis fenicias de Laurita y Puente Noy, pero lo más destacado es una urna funeraria egipcia de Apofis I, en mármol gris
que constituye la pieza heredada más antigua de la Península Ibérica. Asimismo debe ser destacado por ser pieza
clave de esta leyenda la figura esculpida en piedra que representa un León de época fenicia única en España.
Cuenta
la leyenda que la Cueva de Siete Palacios se utilizó como lugar de reunión
secreto, donde los cristianos realizaban
sus cultos religiosos sin ser descubiertos por los soldados del emperador
romano Diocleciano. Este emperador promulgó cuatro edictos
contra los cristianos entre el 303 y 304
d.c con el designio de terminar de una vez para siempre
con el Cristianismo
En
una de esas reuniones secretas en la que
los cristianos realizaban sus ritos, había un traidor llamado Parmenión que estaba perdidamente enamorado de Sabina
una de las cristianas que frecuentaban la Cueva de Siete Palacios.
Los constantes rechazos de la bella Sabina
hicieron de Parmenión un hombre rencoroso y amargado que aumentó su odio hacia ella, cuando vió que Sabina
estaba enamorada de Theodotus, el
dirigente espiritual de aquella comunidad secreta de cristianos y que también
él correspondía a los anhelos de Sabina.
Quimera. Museo de Almuñécar. |
A
partir de ese momento Parmenión comenzó a planear su venganza hacia los dos
enamorados. Su plan era denunciar a la
autoridad militar de la ciudad de Sexi, las reuniones clandestinas de sus
compañeros, renegando así de su fe por despecho y condenando su alma al más
oscuro de los pozos del inframundo. Pero el destino, providencia o la intervención
divina hizo que la denuncia del traidor fuera a parar a manos de un centurión
afín al cristianismo que de inmediato dio aviso a Theodotus de la felonía de
Parmenión.
Simularon
una reunión de juego y apuestas en Cueva de Siete Palacios con el fin de confundir a los soldados del emperador.
Estos creyeron que Parmenión se había burlado del Perfecto al hacer una denuncia
falsa y éste mandó que lo detuvieran de
inmediato. Conocedor de su destino Parmenión salió de la ciudad por la factoría
de los salazones en el Majuelo dirección a la playa de San Cristóbal pero en el
camino se encontró con la ama-criada de
Sabina una mujer muy mayor que se decía de ella que era pitonisa y podía
interpretar el futuro, cosa que hizo con Parmenión.
—El león te espera para darte
muerte, encerrando tu alma negra en un corazón de piedra.
—“Vieja loca, ya no hay leones en
Sexi”— Pensó Parmenión y siguió su
camino para escapar de los soldados pero al llegar a puente Noy una rama se
trabó con sus pies dando de cabeza en una roca que sobresalía rompiéndose el
cráneo. En ese mismo instante un humo negro salió de la nariz de Parmenión y se
alojó en un agujero de la piedra.
Siglos
después, esa piedra fue descubierta y desenterrada en el yacimiento de la
necrópolis del puente Noy resultando ser
un león de piedra tallada durante la
época fenicia.
—
Nunca dijo la vieja pitonisa que el león era de carne y hueso. ¿Verdad?
Pero
aquí no acaba la leyenda…….. Este León está expuesto en el Museo Arqueológico
de Almuñécar dentro de una urna de cristal y aquí viene lo asombroso de esta
leyenda, según comenta Federico Molina es la tercera vez que la urna que protege la figura
del león se agrieta sin motivo aparente. De hecho la que tiene hoy por hoy sigue rota por un lateral y el techo, quizás a consecuencia de una
fuerza sobrenatural oculta que quisiera escapar de la prisión donde se encuentra o por el contrario tendrá
una explicación más racional y científica a ustedes les dejo la elección…
Federico Molina y el León fenicio dentro de la Urna. |