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El Castillo de la Calahorra

martes, 16 de junio de 2015


 




Aunque el nombre de Rodrigo Díaz de Vivar  evoca las aventuras y gestas de uno de los  grandes guerreros  en la  España de la reconquista allá por el 1090, el personaje que hoy traigo a la leyenda le tendríamos que añadir el apellido de Mendoza, así que nuestra historia comienza en la última fase de la reconquista, cuando el “tercer rey de España”, el Cardenal  Pedro González de Mendoza en uno de sus deslices amorosos   con Mencía de Lemos con la cual tuvo tres hijos  y a la que la puritana  Isabel la Católica  tan exigente en cuestiones de moral decía de ellos que “eran bellos pecados del Cardenal”  curiosa frase para una  reina que instauro e impulsó  la Inquisición, pero claro está que eso no afectaba a los grandes de España.

Uno de esos hijos bastardos que luego serían legitimados por los Reyes Católicos era Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza futuro Marqués del Zenete.  Su nombre se debe a la pretensión del Cardenal de que los Mendoza emparentaban con el Cid Campeador incluso le consiguió el Condado de Cid en tierras de Jadraque, Guadalajara. 

Rodrigo de genio muy vivo y violento teniendo una existencia inquieta y turbulenta, luchó en las guerras de Granada al lado de su tío el II Conde de Tendilla, especialmente en la toma de Baza y se casó con Leonor de la Cerda en 1492 pasando a residir en Jadraque,  donde al poco tiempo falleció  su esposa en 1497 a consecuencia dicen las malas lenguas de las múltiples  infidelidades  de su esposo.

Posteriormente desplazó temporalmente su vivienda a Italia donde le intentaron casar con la propia Lucrecia de Borgia y fue allí donde se impregnó del gusto arquitectónico renacentista.

Volvió  a España y es aquí donde empieza la verdadera leyenda de casquivano y juerguista Rodrigo, donde se enamoró perdidamente de la quinceañera  María Fonseca y Toledo, una muchacha mucho más joven que quedó  prendada de él. En su locura de amor pidió casarse con la muchacha y la Reina Isabel la Católica  lo prohibió, hasta tal punto que a ella la encerró en un convento y a él le amenazó con la cárcel.

Pero han dado con un Mendoza y este ni corto ni perezoso raptó a María Fonseca del convento y se desposaron  en Coca sin el consentimiento real.

La reina Isabel al verse burlada de sus reales mandatos  dio las pertinentes ordenes para encerrar a Rodrigo en la cárcel y trató de casar a María con otro y que a pesar de las palizas, ésta le seria fiel  a Rodrigo. Este llego a acusar a la Reina Isabel de coautora de bigamia.

Él estuvo encerrado en la cárcel  hasta la muerte de la Reina en 1504, después fue liberado por Felipe el Hermoso nuevo rey de España.  Aún locamente enamorado de María de Fonseca, llevó a cabo un plan para sacarla del convento en el que estaba recluida desde su separación y en el 1506 la pareja enamorada se casó canónicamente.

Tal fue el amor de Rodrigo a hacia su nueva esposa que decidió dejar Jadraque y construir un Castillo-Palacio a su amada en la Calahorra.

Pero la construcción no sería como las demás fortalezas del reino, esta tenía que ser algo especial para que su amada se sintiera dentro de él como una princesa del renacimiento y así se lo encargó al Arquitecto Lorenzo de Vázquez. Poco duró este arquitecto a las ordenes del Marqués del Zenete, las desavenencias entre ellos se hicieron patentes y el Marqués contrató a Michele Carlone.


Este primeramente trabajó en su taller de Génova desde donde enviaba los mármoles de Carrara ya labrados al puerto de Almería y posteriormente seguir las obras desde el propio Castillo.

Las figuras que adornan las distintas estancias del la fortaleza están inspiradas en la mitología grecorromana  y los textos de  salmos bíblicos ofrecen un lectura humanista al edificio, un exterior adusto, rudo y parco de detalles ante un interior engalanado, rebosante de vida y de detalles.

Antes de dejar el Castillo de la Calahorra para trasladarse definitivamente a tierras de Valencia, el Marqués dejo una serie de pistas en los relieves que adornan la portada del salón de los marqueses, donde la mitología es la protagonista y como buen humanista busca la vuelta a la antigüedad y a la adopción de elementos simbólicos. Quien sepa hacer una lectura hierática descubrirá donde se encuentra un precioso camafeo rosado traído de Nápoles por su hermano engarzado en un collar de oro que regaló a María de Fonseca el día de su boda y como cuenta la leyenda este  se ocultó en un rincón secreto de la fortaleza que fue construida por amor  y  por amor se desvelara su ubicación…

A modo de información les describiré como está decorada la portada del salón de los Marqueses;  Se  resuelve a modo de arco de triunfo romano, sobresaliendo su programa iconográfico basado en la mitología clásica y con una fuerte influencia de los dibujos del Codex Escurialensis. []En las pilastras laterales, están tallados cuatro nichos con relieves de Hércules Farnesio, dios Apolo y las diosas de la Fortuna y la Abundancia. En los pedestales, sendas representaciones sobre los trabajos de Hércules: la batalla contra hidra de Lerna y la captura del toro de Creta. En el friso superior se sitúan relieves de las diosas marinas y tritones, y en las jambas dos bustos de emperadores romanos.

Desvelen el misterio…..