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La Ermita de la Virgen de los Ángeles. (Alhama de Granada)

lunes, 4 de julio de 2016

Alhama de Granada.

En ocasiones hay muchas versiones sobre una misma leyenda, cada pueblo habla del hecho acaecido dependiendo del origen y fuente de la información y que además en la mayoría de las veces se ha difundido de forma oral.
Esta es una de esas leyendas donde los hechos pueden variar según quien la cuente pero existe un elemento en el cual todos coinciden y es… la existencia de una ermita y una piedra.
Era el 2 de agosto de 1500 cuando un caballero viajaba desde Málaga a Alhama de Granada. Señor de alta alcurnia, según revelaba su rico porte, cabalgaba por la huerta llamada hoy del Cañón, cuando un movimiento producido quizá por algún reptil en los tarajes del camino, espantó al alazán que roto el freno, partió á todo galope, saliéndose del camino, tomó por la derecha y ciego se precipitó por un lado sobre el Marchant, un tajo cortado con una altura de más de ochenta metros.
Calle de Alhama.
La caída por necesidad era mortal, el jinete así debió aceptarlo, que al volar  por el vacío, dicen que se encomendó a Nuestra Señora de los Ángeles cuya solemnidad se celebraba, rogándole para que «al menos le diese tiempo de disponer como cristiano para morir cual sus mayores»
La Señora lo hubo de oír ya que el devoto dio un golpe atroz sobre una roca, que hizo trizas el caballo, y arrojó al caballero á cien pasos del siniestro, al pié del tajo.
Huellas de las herraduras.
El susto y la contusión le privaron el sentido. Cuando volvió en sí, miró al frente con avidez y vio lo que ninguno antes de él… una imagen de Nuestra Madre en la cavidad de una roca.
Puesto de rodillas ante ella, confesó que la vio en su síncope y le dijo que  había escuchado su súplica, que le daba tres días de vida y le edificase un altar en aquel sitio sacándola de su antiguo escondrijo.
Un pueblo inmenso escuchó absorto el relato del caballero, que se dispuso á morir en tres días, dejando sumas cuantiosas que tenía en Málaga, de donde era, para la edificación de la capilla, encomendando al señor Vicario eclesiástico y al señor Corregidor la ejecución de su última y solemne voluntad.
Finido el plazo, el caballero pasó á mejor vida.
Al año siguiente una función religiosa se celebraba para colocar la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles en su nuevo albergue: al día siguiente se cantó un réquiem por el alma del ilustre y piadoso viajero y se colocó una cruz en el sitio de la catástrofe que todavía los viajeros saludan al pasar, y se conoce con el nombre de «Salto del Caballo».
Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles
 Es costumbre de los caminantes, pararse para elevar una oración en dicha ermita y depositar alguna limosna
Así pues hoy en día puede verse en  la piedra las huellas donde el caballo puso los cascos en la tremenda caída, quedando impresas en la dura piedra la silueta de las herraduras…


                                                                     
Escalera del Diablo


Iglesia del Carmen.
Puerta del Castillo de Alhama.

Casa de la Inquisición.
Entre amigos alhameños en las Mazmorras.