Alhama de Granada. |
En ocasiones hay muchas versiones sobre una misma
leyenda, cada pueblo habla del hecho acaecido dependiendo del origen y fuente
de la información y que además en la mayoría de las veces se ha difundido de
forma oral.
Esta es una de esas leyendas donde los hechos pueden
variar según quien la cuente pero existe un elemento en el cual todos coinciden
y es… la existencia de una ermita y una piedra.
Era el 2 de agosto de 1500 cuando un caballero
viajaba desde Málaga a Alhama de Granada. Señor de alta alcurnia, según
revelaba su rico porte, cabalgaba por la huerta llamada hoy del Cañón, cuando
un movimiento producido quizá por algún reptil en los tarajes del camino,
espantó al alazán que roto el freno, partió á todo galope, saliéndose del
camino, tomó por la derecha y ciego se precipitó por un lado sobre el Marchant,
un tajo cortado con una altura de más de ochenta metros.
Calle de Alhama. |
La caída por necesidad era mortal, el jinete así
debió aceptarlo, que al volar por el
vacío, dicen que se encomendó a Nuestra Señora de los Ángeles cuya solemnidad
se celebraba, rogándole para que «al menos le diese tiempo de disponer como cristiano
para morir cual sus mayores»
La Señora lo hubo de oír ya que el devoto dio un
golpe atroz sobre una roca, que hizo trizas el caballo, y arrojó al caballero á
cien pasos del siniestro, al pié del tajo.
Huellas de las herraduras. |
El susto y la contusión le privaron el sentido. Cuando
volvió en sí, miró al frente con avidez y vio lo que ninguno antes de él… una
imagen de Nuestra Madre en la cavidad de una roca.
Puesto de rodillas ante ella, confesó que la vio en
su síncope y le dijo que había escuchado
su súplica, que le daba tres días de vida y le edificase un altar en aquel
sitio sacándola de su antiguo escondrijo.
Un pueblo inmenso escuchó absorto el relato del
caballero, que se dispuso á morir en tres días, dejando sumas cuantiosas que tenía
en Málaga, de donde era, para la edificación de la capilla, encomendando al
señor Vicario eclesiástico y al señor Corregidor la ejecución de su última y
solemne voluntad.
Finido el plazo, el caballero pasó á mejor vida.
Al año siguiente una función religiosa se celebraba
para colocar la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles en su nuevo albergue:
al día siguiente se cantó un réquiem por el alma del ilustre y piadoso viajero
y se colocó una cruz en el sitio de la catástrofe que todavía los viajeros
saludan al pasar, y se conoce con el nombre de «Salto del Caballo».
Ermita de Nuestra Señora de los Ángeles |
Es costumbre
de los caminantes, pararse para elevar una oración en dicha ermita y depositar
alguna limosna
Así pues hoy en día puede
verse en la piedra las huellas donde el caballo puso los cascos en la
tremenda caída, quedando impresas en la
dura piedra la silueta de las herraduras…
Iglesia del Carmen. |
Puerta del Castillo de Alhama. |
Casa de la Inquisición. |
Entre amigos alhameños en las Mazmorras. |